¡Nunca imaginé que una ventana diera para tanto!. Si en otros momentos las utilizábamos para que a diario se renovara el aire de la casa, ahora son lugares de encuentro, de libertad, de ayuda psicológica, de vida y de esperanza.
Salimos a diario, tomamos el aire y el sol, saludamos a la vecindad y agradecemos con aplausos el trabajo y la entrega de los que están en primera línea cuidándonos.
¡Abran puertas y ventanas!
¡Que el sol caliente las casas y derrita los dolores!
¡Que la vida y la esperanza nos mueva de los sillones!
By Mª Luisa Ortega Leonardo
Escribir comentario